Los números no se me dan bien
No me gusta hacer cuentitas... odio los números...
¿Seguro?
Yo creo que no, y te voy a explicar por qué.
Una cosa que me pasa muy frecuentemente con mis alumnos, es que en cuanto nos ponemos manos a la obra y nos ponemos a mirar números, a hacer cuentas, a revisar ingresos y gastos a hacer presupuestos y todas esas cosas que tienen números, me suelo encontrar con una resistencia inicial bastante fuerte.
"¡buff! esto de hacer cuentas no mes lo mío", "soy muy malo para los números", "tengo un poco de dislexia numérica" "me aburre soberanamente ponerme a mirar las cuentas2
Pero luego, de a poquito, se va ablandando esa "coraza anti numérica" y a medida que vamos avanzando ya no hay tanta resistencia.
Hacernos cargo de nuestras finanzas requiere tiempo y esfuerzo, sobre todo al principio. Recuerda el efecto calesita.
Efecto Calesita
Aquí tienes el post en el que está bien explicado con ejemplos y todo, pero básicamente el efecto calesita funciona cómo funcionan las casitas, carruseles o tiovivos de los parques. Imagínate que tú estás sentado arriba de una de estas calesitas girando hacia un lado y de repente quieres automáticamente pasar a girar hacia el lado opuesto. No se puede.
Primero tienes que bajar una patita al suelo, frenar, hacer fuerza para frenar, y una vez que ya haya parado, entonces tienes que bajarte y empujar hacia el otro lado.
Una vez que ya hayas hecho ese esfuerzo, ahí si te puedes sentar y una vez que ya está girando hacia el otro lado, con darle cada tanto un empujoncito ya es suficiente para seguir adelante.
Esfuerzo inicial
Con nuestras finanzas pasa exactamente lo mismo. Cuando empezamos, tenemos que hacer ese esfuerzo mayor, tenemos que revisar un montón de cosas, cambiar hábitos, recopilar información, hacer muchas cuentas, y eso requiere de un gran esfuerzo inicial.
Luego, una vez que ya hemos montado nuestro sistema, y que ya sabemos lo que tenemos que hacer, ya basta con dar un empujoncito cada tanto pero ya la cosa va sola.
Y en ese momento es cuando le dejamos de tener ese repelús a los números, e incluso puede que hasta nos empiezan a gustar. En serio, he visto gente que huía de los números como si de la peste se tratara y luego un par de meses más tarde estaban creando planillas de Excel y haciendo sus propios cálculos.
La dura realidad
Es que el problema principal no son los números. En realidad a lo que le tenemos ese repelús no son a los números sino a lo que esos números nos van a mostrar, nuestra realidad.
Lo que intentamos evitar es enfrentarnos a nuestra realidad pero echarle la culpa a los números es mucho más fácil
Cuando vienen los meses malos, que cobramos menos dinero, o tuvimos muchos gastos que se acumularon y vinieron todos juntos, esos meses odiamos más que nunca los números y evitamos a toda costa tener que ponernos a hacer las cuentas.
Pero luego, cuando vienen los meses buenos, esos meses en los que cobramos una paga extra, o recibimos una comisión, o tenemos muy poquitos gastos, esos meses no tenemos ningún problema. Nos sentamos y hacemos las cuentitas con gusto, hacemos el presupuesto y hasta lo seguimos.
Es divertido repartir dinero
Cuando hay dinero de sobra está divertido ponerse a repartir y ver qué es lo que hacemos con él.
Entonces ¿estás seguro que no te gusta hacer cuentitas? ¿o lo que no te gusta es que no tienes dinero suficiente para hacer todas las cosas que te gustaría hacer?
En el momento en el que cambiamos esa mentalidad del rechazo que tenemos hacia los números, esa fobia a las cuentitas, ahí es cuando podemos empezar a trabajar en ello.
Podemos identificar cuál es el problema para poder trabajar en encontrar una solución y ver qué es lo que tenemos que cambiar para que las cosas salgan como queremos que salgan.
¿y a ti, te ha pasado que en los meses buenos no te desagradan tanto los números?
Te leo en los comentarios
¡Éxitos!
Alita