agosto 17

Hábitos que te hacen Pobre

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Hacerse rico no es un acto, es un hábito, y lo mismo pasa con la pobreza, no es la causa de un acto aislado, sino de un conjunto de hábitos.

Hoy vamos a ver cuáles son los 30 hábitos NO Financieros,  que te mantienen pobre. Hábitos que de primeras puede parecer que no tienen mucha relación con el dinero, pero que afectan directamente a nuestras finanzas.

Si quieres ver cuáles son los 30 hábitos financieros mira este video.

1 - Rodearse de personas que tienen hábitos de pobre

El ser humano es un animal social, necesitamos sentirnos parte de un grupo y ser aceptados por ese grupo. Por eso nos adaptamos fácilmente a nuestro entorno.

Si solo nos rodeamos de gente que tiene hábitos de pobre, inconscientemente vamos a adaptarnos a ese grupo y eso va a mantenernos pobres. 

No se trata de eliminar amigos y ponerlos en una lista negra, sino de agrandar el círculo social e incorporar otro tipo de gente con otras realidades, hábitos y filosofías de vida.

2 - Rodearse de personas con un nivel de vida más elevado y querer estar a la par

Al intentar cambiar el hábito anterior, se puede caer en este.

Si nos rodeamos de personas que tienen un nivel de vida más elevado que el nuestro, por un lado, podemos conocer otras realidades y hábitos positivos. Pero si para ser aceptados por el grupo, aparentamos estar a la par, puede llevarnos a la ruina.

Imagina que nuestro grupo social se junta todos los fines de semana y van a cenar a un restaurante que está muy por arriba de nuestro presupuesto. Querer mantener el mismo ritmo nos hará gastar por encima de nuestras posibilidades. En cambio podríamos juntarnos solo una vez al mes, o proponer también otros sitios o actividades alternativas más económicas para reunirse.

3 - Consumir Información Tóxica

Destinar todo nuestro tiempo libre a ver cosas que no nos aportan nada, noticias fatalistas que solo sirven para meternos miedo, o a escuchar cómo discute otra gente sobre temas polémicos, no solo es una pérdida de tiempo, sino que afecta a nuestra manera de ver el mundo.

Si solo estamos viendo noticias, empezaremos a ver todo negro, no porque las noticias buenas no existan, sino porque no venden tanto como las malas.

Si creemos que lo único que hay en el mundo es pobreza e injusticia es muy difícil que pensemos que podemos salir de la pobreza y menos de forma honesta. Y lo que pensamos afecta directamente a lo que hacemos y es lo que finalmente cambia nuestra realidad.

4- Hacer lo que hace la mayoría

La mayoría de la gente tiene problemas de dinero, y si hacemos lo que hace la mayoría estaremos imitando una fórmula que no funciona.

Estudia a personas exitosas e imita lo que hacen, haz lo que hace la minoría que tiene éxito.

5 - Procrastinar

Dejar las cosas para más tarde, mañana, cuando tenga tiempo, cuando sea el momento adecuado, cuando encuentre la oportunidad correcta…

Para cambiar nuestra realidad necesitamos pasar a la acción, si no hacemos nada, nada va a cambiar.

6 - No tolerar el fracaso

Errar es humano, sin embargo, existe una aversión al fracaso.

En la escuela, cuanto menos fracasas y más perfecto eres, más éxito tienes. En muchos trabajos también es así, pero en la vida real, los fracasos existen, y si los aceptamos, podemos aprender mucho de ellos.

En cambio, si vivimos intentando evitar el fracaso, no avanzaremos mucho, y si cuando fracasamos nos damos por vencidos y tiramos la toalla, nos quedaremos estancados.

El fracaso es parte del camino, si algo no funciona, lo evaluamos, lo corregimos y lo volvemos a intentar, y si sigue sin funcionar, siempre podemos probar otro camino que nos lleve al mismo destino.

7 - No salir de la zona de confort

Los cambios son difíciles, por eso nos quedamos en lo conocido, y repetimos patrones, una y otra vez, aunque no funcionen, aunque lo que hagamos no nos haga conseguir los resultados que queremos, igual seguimos en lo mismo, porque salir de nuestra zona de confort es incómodo.

Pero si queremos conseguir resultados diferentes, necesitamos cambiar nuestros hábitos, salir de nuestra zona de confort y hacer cosas diferentes.

8 - No cuidar la salud

De primeras podría parecer que no tiene nada que ver la salud con el dinero, pero tiene mucho que ver. Y no solo porque si nos enfermamos y necesitamos medicamentos o tratamientos, o cubrir los ingresos que no hemos percibido durante la enfermedad, necesitaremos dinero.

La parte menos visible es la emocional. Cuando no estamos bien de salud nuestra energía es baja, todo nos cuesta, hasta nuestros pensamientos se nublan y eso afecta a la forma que tenemos de generar, administrar y gastar nuestro dinero.

No estamos al 100%, por lo que no generaremos el 100% del dinero que somos capaces de generar. No tendremos ganas ni energías para ponernos a pensar qué hacer con el dinero cuando lo tenemos, y gastaremos más dinero en conseguir pequeñas gratificaciones instantáneas.

Así que ya sabes, a comer bien… hacer ejercicio… y todas esas cosas.

9 - No tener autodisciplina

Cuando miramos a una persona exitosa, que tiene mucho dinero, parecería como que su vida es super fácil, que no tiene problemas y que nada le cuesta. Como la mayoría de nuestros problemas están relacionados con el dinero, la lógica nos dice que si tienes mucho dinero, entonces no tienes problemas. 

Pero no es así, todos somos humanos y tenemos dificultades, nuestros días buenos y nuestros días malos, días que estamos super motivados y otros que no queremos salir de la cama.

Lo que diferencia a las personas que tienen éxito de las que no, es que las primeras tienen autodisciplina y actúan a pesar de no tener ganas, de no estar motivadas, de tener otros problemas… y las segundas, solo lo hacen cuando todas las condiciones son favorables.

10 - Evitar los riesgos

El que no arriesga, no gana. No encontrarás ni una sola persona que haya logrado algo, que no haya tomado ningún riesgo. Pero cuando el dinero es escaso, lo poco que tenemos, nos da miedo perderlo y eso hace que intentemos evitar el riesgo a toda costa.

¿Dónde invierto mi dinero para que me de mucha rentabilidad y sin ningún riesgo? ¿Cómo creo un negocio exitoso sin dinero y sin perder tiempo?

Las fórmulas mágicas no existen. No hay nada seguro en esta vida.

No se trata de evitar el riesgo, sino de tomar los riesgos que podamos asimilar.

11 - Rechazar los cambios

Si siempre lo hicimos así y funcionó… ¿para qué cambiar?

Cambiar siempre cuesta, es un esfuerzo y por eso cuesta tanto incorporar nuevos cambios.

Pero que algo haya funcionado hasta ahora no quiere decir que vaya a seguir funcionando. Todo cambia todo el tiempo, lo único que se mantiene constante es el cambio.

Para qué aprender computación, si siempre usé una máquina de escribir y me funcionó perfectamente… dijo el mecanógrafo que un par de meses más tarde se quedaba sin trabajo.

Nos guste o no, los cambios van a suceder, y rechazar los cambios solo nos perjudicará. Te dejo un enlace al post sobre adaptación al cambio donde hablamos de este tema.

12 - Aferrarse al sentido de identidad

Somos únicos, y nos gusta. El problema es que ya nos hemos hecho una imagen mental de quienes somos y cómo es nuestra vida y eso nos juega en contra porque, aunque soñemos con los yates y los millones, no nos sentimos identificados con eso, no forma parte de quienes somos.

Si cobramos 20.000 al año, nos vemos a nosotros como personas de 20.000 al año, con el estilo de vida que tiene una persona de 20.000 al año. Pero si nos aferramos a nuestra identidad, el día que cobremos 30.000 empezarán a sonar las alarmas silenciosas y es cuando aparece el auto boicot.

Inconscientemente haremos todo lo posible por volver a la “normalidad” y para recuperar nuestra identidad. La fuerza más potente de nuestra personalidad se ocupa de mantener coherencia entre lo que somos y quienes creemos que somos. Por eso, para salir de la pobreza es imprescindible trabajar nuestra mentalidad para cambiar la manera que tenemos de vernos a nosotros mismos.

13 - No modificar hábitos

Vamos detrás de las fórmulas mágicas, de los trucos rápidos, las inversiones perfectas, cualquier cosa que no requiera esfuerzo. Pero los verdaderos cambios requieren que pongamos de nuestra parte.

Necesitamos modificar nuestros hábitos, quitar los malos hábitos que nos impiden progresar y reemplazarlos por buenos hábitos. Los cambios no serán automáticos, pero serán progresivos y duraderos.

Te recomiendo el libro Hábitos Atómicos que te enseña cómo hacer para modificar estos hábitos.

14 - Negatividad

Si creemos que algo es imposible, nuestro cerebro buscará la concordancia y nos mostrará ejemplos que justifiquen nuestro razonamiento y veremos que efectivamente es imposible.

Pero si creemos que algo es posible, nuestro cerebro empieza a pensar cómo hacer para conseguirlo. Y como por arte de magia empezamos a ver, no uno, sino muchos caminos que se abren ante nosotros.

Las personas negativas se mantienen pobres, porque piensan que salir de la pobreza es imposible.

15 - Vivir dando excusas

Las excusas nos hacen sentir bien con nosotros mismos, porque si sabemos que podemos hacer algo para cambiar nuestra situación, pero no lo estamos haciendo, entonces la culpa es nuestra y debemos asumir la responsabilidad y las consecuencias. Y eso a nadie le gusta.

Por eso las excusas son la solución perfecta. Sabemos que se puede hacer algo para cambiar nuestra situación, pero no lo estamos haciendo porque…. No porque no queramos, sino porque no se puede. “Eso puede funcionar para otros, pero en mi situación no se puede, mi caso es distinto por esto, por aquello, y por lo otro”. Eso nos da paz mental, pero nos mantiene pobres ya que no nos permite avanzar y hacer las cosas que sí podemos hacer a pesar de, esto, aquello y lo otro.

16 - Criticar

El tiempo y la energía que gastamos criticando a los otros, no lo estamos utilizando para mejorar nosotros. Y en el fondo, eso que tanto nos disgusta del otro, realmente es lo que nos disgusta de nosotros mismos. 

Hachar los muebles nuevos del vecino no va a hacer que nuestros muebles de segunda mano sean más lindos o más nuevos. Solo va a hacer que, si cuando nos comparemos, nosotros seamos los que tenemos los “mejores muebles”.

            

17 - Esperar a que “alguien” nos solucione la vida

Cuando esperamos que sea el otro el que haga algo, tomamos un rol pasivo, vamos sentados en el asiento del acompañante y alguien más lleva el volante. El problema es que el que está al volante es quien que decide a dónde ir.

Si queremos mejorar nuestra situación tenemos que tomar el mando y eso implica tomar decisiones, decisiones que muchas veces intentamos evitar por miedo a las consecuencias.

18 - Tomar el papel de víctima

Hacerse la víctima es un mecanismo de defensa que tenemos los humanos. Cuando nosotros somos la víctima, la culpa es del otro. Eso hace que evitemos asumir nuestra responsabilidad y consigamos la atención y compasión de los otros.

La compasión de los otros nos puede ayudar en un momento puntual, pero no nos va a sacar de pobres.

Si bien las cosas externas que nos pasan no las elegimos y muchas no las podemos cambiar, lo que sí podemos cambiar es la manera de enfrentar esas dificultades.

19 - Falta de paciencia

Lo queremos todo y lo queremos ahora. La falta de paciencia nos sale cara.

Nos recibimos y queremos conseguir el mejor puesto ya. Montamos un negocio y queremos que crezca como la espuma y los clientes salgan hasta de debajo de las piedras. Invertimos dinero y queremos ver los resultados mañana.

Y cuando esas cosas no suceden rápidamente, empezamos a cambiar y probamos otras cosas, y vamos corriendo de un lado a otro como gallina sin cabeza. Cada cosa lleva su tiempo y debemos aprender a tener paciencia y enfocarnos en una cosa a la vez.

20 - Vivir en el presente

“A vivir que la vida son dos días”. Un hábito que nos mantiene pobres es enfocarnos únicamente en el ahora. No tiene nada de malo en disfrutar el ahora, lo malo es hacerlo a costa de nuestro futuro. Es cierto que la vida son dos días, pero lo ideal sería que la pasáramos bien los dos días.

Cuando pensamos en nuestro yo del futuro, lo sentimos lo como si fuera otra persona.  Pero si no queremos mantenernos pobres, debemos pensar en todos nuestros “yo” el del presente y también el del futuro.


21 - Desaprovechar los recursos disponibles

No tenemos suficiente dinero, nos falta tiempo, y pensamos que cuando tengamos más dinero, más recursos, más conocimientos, más tiempo, recién entonces vamos a poder salir del agujero.

Siempre nos falta algo. Pero lo cierto es que nunca vamos a tener todo lo que queremos, porque siempre habrá algo que se escape a nuestras posibilidades. Nos engañamos a nosotros mismos y nos ponemos excusas que nos frenan y hacen que no le saquemos más provecho a los recursos que sí tenemos ahora mismo.

Debemos aprender a gestionar lo que tenemos mientras perseguimos lo que nos hace falta.

22 - Intentar cambiar el afuera

Esperamos que el gobierno se ocupe de nosotros, que la sociedad cambie, que se creen los empleos que buscamos, que nos toque la lotería…

Cambiar el afuera es mucho más difícil, pero la mejor manera de hacerlo es comenzando por cambiar nosotros. El problema es que todos quieren cambiar el mundo, pero nadie quiere cambiar.

Nosotros somos responsables de nuestro dinero, somos nosotros quienes lo generamos, lo administramos y lo gastamos, y también somos nosotros quienes podemos cambiar y mejorar esa situación.

23 - No educarse

Lo que hicimos hasta ahora es lo que nos ha llevado a los resultados que vemos a nuestro alrededor. Hacemos lo que sabemos hacer y lo que creemos que es mejor, pero si lo que obtenemos no es lo que queremos conseguir, debemos cambiar y hacer algo diferente. Y para eso necesitamos aprender cosas nuevas. 

Los ricos saben cómo hacer dinero, los pobres no. Por eso uno de los peores hábitos que nos mantienen pobres es el de no educarnos. Leer libros, mirar videos, hacer cursos, escuchar podcasts… la información está al alcance de nuestras manos, está en nosotros aprender o no.

24 - No tener un mentor

La gente rica y exitosa tiene mentores, simplemente porque es la manera más rápida y eficiente de con seguir el éxito en lo que uno se propone. Imagina tener que aprender a conducir un coche sin que nadie te enseñe. Algunas cosas las podemos adivinar, como sentarnos en el asiento del conductor, mover el volante, y podemos deducir cuál es el freno y cuál el acelerador, pero luego la parte del embrague y el cambio de marchas ya se pondría más complicado, y probablemente arruinemos el coche intentando averiguar cómo funciona. En cambio, si tenemos a alguien al lado que nos dice cómo funcionan las cosas, y además nos explica las normas de tránsito, es solo cuestión de práctica.

Lo mismo pasa con nuestro dinero. Podemos deducir, probar y adivinar cómo funcionan ciertas cosas, pero en el proceso de ensayo y error perderemos mucho tiempo y dinero, en cambio, si tenemos un mentor, alguien que ya sepa hacer lo que nosotros queremos conseguir, será mucho más fácil conseguir el éxito, solo será cuestión de práctica.

25 - No leer la letra pequeña

¿Acepta las 84 páginas de condiciones? “Click” Acepto. Y ni miramos qué pone en ninguna de esas 84 páginas. Ese es un error que nos puede salir muy caro.

Las páginas de condiciones legales suelen ser tan extensas porque contemplan todos los casos posibles. Además, están plagadas de palabras complicadas o técnicas que no estamos acostumbrados a ver, por eso casi nadie las lee.

Cuanto más importante sea el contrato que estamos firmando, más detalle debemos poner a la letra pequeña. No es lo mismo meter la pata en un préstamo para comprar una tele que en una hipoteca.

26 - No mejorar las habilidades

La gente nos paga por el valor que aportamos. Si no tenemos ninguna habilidad en particular y solo podemos hacer lo que la mayoría de la gente puede hacer, al haber mucha oferta y poca demanda, los precios son menores, es decir, que cobraremos el sueldo mínimo.

A medida que incorporamos experiencia, conocimientos y habilidades nuevas, somos capaces de aportar más valor, y eso hace que también aumenten nuestros ingresos. Por eso, no mejorar nuestras habilidades es un hábito que nos mantiene pobres.

27 - No tener objetivos claros

En el video de los hábitos financieros que nos mantienen pobres ya vimos la importancia de tener metas y objetivos financieros, pero no solo es necesario tener objetivos que estén relacionados con el dinero, necesitamos también tener claros nuestro propósito de vida y objetivos generales.

En realidad, estos objetivos son incluso más importante que los otros porque son los que nos van a dar la motivación que necesitamos y los que nos van a guiar cuando no sepamos qué decisiones tomar.

28 - No planear los días, semanas, meses y años

No tener un plan es tener un plan para fallar.

No basta solo con tener objetivos, también debemos planear cómo conseguirlos, sino realmente no son objetivos, son solo sueños.

Solemos vivir el día a día sin dedicar mucho tiempo a planear las grandes cosas o los objetivos que están en un futuro lejano. Y eso hace que al final nunca nos ocupemos de las cosas más grandes que muchas veces son las que más importan. En el video de “Cómo armar un plan de Acción” vemos en detalle cómo hacerlo.

29 - No tener flexibilidad

Otro hábito de pobreza es no tener flexibilidad. Las veces que sí planeamos, como nos ha costado sentarnos a hacer un plan, entonces lo defendemos con uñas y dientes e intentamos seguir con lo planeado pase lo que pase.

Pero la vida no es cuadriculada, las cosas cambian, las personas cambian, las reglas del juego cambian, y si no nos adaptamos a esos cambios no podremos crecer.

30 - Ser realista al soñar y soñador al planificar

Este creo que es el hábito más importante de todos, el peor culpable de mantenernos en la pobreza.

Cuando soñamos cómo queremos que sea nuestra vida, nos limitamos a lo que creemos que es realista. El problema es que, somos capaces de mucho más de lo que creemos. Si solo tenemos sueños pequeños, no vamos a llegar muy lejos. 

Si el sueño de nuestra vida es llegar a fin de mes, tal vez lo logremos, pero podemos hacer mucho más que eso, y al soñar tan pequeño, estamos limitando nuestro crecimiento.

Por otro lado, cuando nos sentamos a planificar, como casi nunca lo hacemos no tenemos práctica, y todo parece más fácil de lo que realmente es. Calculamos que vamos a necesitar mucho menos tiempo, y dinero del que realmente necesitamos y cuando nos encontramos con la realidad y nos damos cuenta de que hemos hecho mal los cálculos, eso nos desmotiva y hace que abandonemos.

Por eso, la filosofía de vida de los ricos es exactamente la opuesta. Sueña en grande, pero planea con los pies en la tierra.

Recuerda que lo bueno que tienen los hábitos es que se pueden cambiar, y si cambiamos nuestros hábitos podemos cambiar nuestra vida.

¿Y tú? ¿tienes alguno de estos 30 hábitos? Te leo en los comentarios.

¡Éxitos!

Alita

Alita

Creadora de Raitit Finanzas.


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